lunes, 22 de mayo de 2017

La ida de La Sauceda

Tocaba irse. Todo el mundo estaba triste y también contentos porque nos íbamos a nuestras casas. El sendero para llegar La Sauceda se me hizo más largo el de la ida porque ya estaba muy cansado.

La búsqueda de pistas

Mi grupo quedó el tercero, pero fue porque alguien metió una pista en el interior del tejado donde no se veía, porque si no podríamos haber quedado segundos.

La gincana

La gincana era dificilisima. Había muchísimas pruebas. La que más me costó fue la de sacar el euro del recipiente con agua. ¡No saque ninguna!

El sendero de 6 horas

Fue larguísimo. Repetimos un sendero que habíamos hecho antes, pero en vez de dar la vuelta para las cabañas fuimos para arriba, hacia la cima de la montaña.

La comida que más me gustó

La comida que más me gustó fue los macarrones con chorizo. ¡Estaban riquísimos!

El martes

Lo que quedaba del martes lo acabamos haciendo lo que quisiéramos. Dimos un paseo hasta llegar al río, lo cruzamos y nos sentamos en las rocas el otro lado a hablar.

La mañana del miércoles

La mañana del miércoles fue muy alterada tuvimos que levantarnos a las 8:30 de la mañana. Después de vestir nos despertamos a la cabaña de al lado.

Organización

Cuándo nos dieron las cabañas, todos tendimos los secos encima de nuestras camas. Hablamos de lo emocionados que estábamos y lo que podíamos hacer.

Selección de cabañas

Cuando terminamos de hacer el sendero llegamos a unas cabañas, todos elegimos unas pero esas no eran, eran las de abajo. Todos fuimos corriendo y elegimos otra, pero no las teníamos que decir nosotros nos la daban los profesores.

El sendero para llegar a La Sauceda

Para llegar a La Sauceda tuvimos que hacer un sendero. A pesar de los charcos que había nadie se cayó en ellos, pero muchos se cansaron.

La suceda

El 16 de mayo fuimos a la Sauceda. Lo que más me gustó fue el kikiriki que era un juego nocturno. Se trataba de que nosotros nos escondíamos y mi profesor nos tenía qué enfocar con una linterna para pillar nos. Para ganar había que coger una linterna, que estaba en un descampado, iluminar al cielo y decir:¡kikiriki ya estoy aquí! Yo gané dos veces.